Las obras se presentan como posibles ensayos y los soportes como territorio de escritura, trazo y reflexión constante, cual palimpsesto cartográfico; se hace, se escribe, se dibuja, se piensa y abarca desde el pensamiento complejo, fragmentario y la recurrencia al abandono y el regreso sobre si: lo indeterminado que va cobrando sentido desde lo múltiple en un espacio-tiempo específico (el del proceso en un marco de producción temporal donde el acto de registro de las instancias y anotaciones sistémicas de los “encuentros” considerados como importantes es esencial). La totalidad de la obra o la serie se piensa como comentario abierto y diálogo entre una y otra. La exaltación de la huella, el intervalo y el pliegue como símbolos-metáforas de un instante-tiempo-deseo que coincide, hace coincidir y nace donde tenga que nacer sin saber donde será la siguiente apertura o conclusión.
Las figuras, palabras y objetos representados en cada momento se debaten en su posibilidad de ser, agitados por una idea, concepto, sentimiento, experiencia que los respalde y los atraiga hacía sí; los agrupe en un relato o narración sin orden aparente, constante pero no-lineal. Mientras sucede la manifestación de líneas de fuerza que hacen de los espacios aún disponibles planos de continuidad; especies de signos cartográficos, fragmentos de textos e imágenes que orientan otras acciones y referencias (dentro y fuera de la misma obra) y que más tarde (pero a partir de ese momento: de su inicio, su “nacimiento” y registro formal) ordenarán recorridos de la mirada y el accionar del artista (y luego del espectador) que ya construyen (o de-construyen) la composición y permiten con su cauce-guía habilitar zonas, vaciamientos, basamentos potenciales, la futura demanda del símbolo-trazo, del valor en dibujo, el color, la representación, la exploración de un nuevo soporte; la re-escritura de lo otro, de lo no nacido todavía. Teniendo en cuenta el acto y la acción como manifestación de una potencia nacida de la experiencia artística, sentida y vivida como extracto de un manifestarse pleno del tiempo, en el tiempo, a través, por y para el tiempo; el trazado de la subjetividad.
Entre estas líneas de fuerza y escritura se va abriendo-tramando el inicio de sentido (como una cuña: cuña de sentido), constelaciones de lo que vendrá, que será lo fijo en lo mutante; relaciones registradas en distintos formatos que alcanzan el dibujo, la pintura, el grabado, la poesía, la fotografía, el video, el relato autobiográfico, el dossier, la creación de objetos, intervenciones en la vía pública, registros de sonidos y conversaciones, composiciones musicales; creación y puesta en escena de personajes conceptuales (multiplicación dramática), búsqueda de contextos espaciales significativos, etc.; que intensifican constantemente la búsqueda de nuevas experiencias, procesos y nociones de uso de los materiales acumulados. De esta manera la obra es atravesada y generada por Acontecimientos (relación arte-vida) y pensada como acto y dispositivo PERFORMÁTICO, que sutura una demanda para consigo misma tejiendo multiplicidades, variaciones de lo posible en el potencial del encuentro; la búsqueda, la investigación y la experiencia de un continuum único y sus posibles ritornellos.
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